¿Cómo os imagináis a un nanorobot? Este post os interesa.



Nanorobots: Imitando a la naturaleza


¿Cómo os imagináis a un nanorobot?

 Uno que dentro de nuestro organismo ayudara, por ejemplo, a combatir una infección. Si nos ponemos a pensar en cómo sería este nanorobot tal vez nos vendría a la mente la imagen de un pequeño humanoide o de una pequeña nave espacial. ¡Pues, nada más lejos de la realidad!


 Pequeños nadadores

El diseño de los nanortobots se centra en la creación de motores que sean capaces de nadar o navegar por los fluidos de nuestro organismo. Pero, tenemos que tener muy presente que el medio en el que nadan es muchísimo más viscoso que el agua por lo que se hace verdaderamente difícil desplazarse a esa escala así que, necesitan potencia, y que esta potencia sea continua ya que, con esta viscosidad, la inercia desaparece, ¡sería como nadar en una piscina de miel!



Además, nuestros nadadores tienen que ser capaces de autopropulsarse y ¡sin la necesidad de tener que cargar las pilas de vez en cuando o llenarse de gasolina!

 ¿Cómo podemos lograr esto?

 Los científicos están intentando que los nanorobots consigan la energía necesaria para su desplazamiento a partir de reacciones químicas. Los materiales con los que se diseñan estos nanorobots tienen la capacidad de reaccionar con sustancias que encontramos en el organismo, como la glucosa o la urea, por ejemplo. Gracias a esta reacción química, los nanorobots expulsan burbujas u otros materiales por un lado concreto que los impulsan y los desplazan por el medio.


  

Formas simples

Pero cuando decimos nano, ¿a qué tamaño nos referimos? Pues a tamaños realmente muy pequeños, los nanorobots tienen el mismo tamaño que una célula o que una bacteria o incluso pueden llegar a ser del tamaño de un virus. 

¿Y qué hay de su forma? 

La naturaleza nos enseña que a esa escala tan pequeña lo que mejor funciona son estructuras simples; esferas y tubos, así que los nanorobots se diseñan con formas parecidas a las estructuras naturales de su mismo tamaño.

¿Os ha cambiado ahora la idea que teníais de estas maravillas de la tecnología?

Este post ha sido redactado por Pilar Jiménez y Samuel Sánchez del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC).

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